Dalcahue: Potencial y límites del modelo de gestión de tránsito en la recuperación de espacios públicos
- Juan Patricio Cáceres
- 7 ago
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Durante 2024 completamos el estudio “Análisis y Desarrollo Plan Maestro Gestión de Tránsito, Comuna de Dalcahue” uno de los diversos estudios liderado por el Programa de Vialidad y Transporte Urbano SECTRA. En él, los profesionales de PaisajeVIVO se integraron al equipo Carrasco, Gálvez y Moreno Ingeniería Ltda. [CGMI] y desarrollaron dos componentes en específico: "Diseño Urbano y Paisaje", por Juan Patricio Cáceres, y “Participación Ciudadana”, por Bernardita Arnello. Bajo el componente "Diseño Urbano y Paisaje" desarrolló un conjunto de tareas:
El análisis de antecedentes documentales referidos al desarrollo urbano de la ciudad -historia urbana e instrumentos de planificación territorial [vigentes y/o en estudio] aplicables al caso de Dalcahue.
Un catastro de los recursos ambientales, patrimoniales y urbanos del área de estudio, y su sistematización en un diagnóstico urbano integrado.
La elaboración de 11 propuestas preliminares de intervención urbana -a nivel de “perfil”- correspondientes al plan maestro de gestión de tránsito, propiamente tal, y que fueron socializadas y evaluadas por las autoridades y la comunidad local.
De las propuestas de intervención urbana señaladas, PaisajeVIVO desarrolló tres de ellas a nivel de “anteproyecto”: (1) La intervención de las veredas de Mocopulli y Freire, principales avenidas de Dalcahue, con el fin de mejorar su estándar material y darle un sentido de unidad y continuidad; (2) La intervención de veredas y calzadas de Avenida Pedro Montt, con el fin de integrar el centro histórico de la ciudad y el parque y todos los programas turísticos del borde costero; y (3) La remodelación del perfil de las calles locales Camilo Henríquez, Pedro Aguirre Cerda y Fresia. La superficie total diseñada ascendió a 2,65 hectáreas.
La elaboración del anteproyecto de “accesibilidad universal” para las iniciativas mencionadas.
Dalcahue es un caso de estudio particularmente interesante, en tanto es resabio de un modelo de asentamiento humano propio y característico del “Mar Interior” de Chiloé -como Castro, Dalcahue, Chonchi, Curaco de Vélez, Quinchao, entre muchos otros- y que se caracteriza por conformarse sobre un asentamiento prehispánico cuyo principal medio de conexión era el mar. No en vano, Dalcahue es “Lugar de Dalcas”, o lugar de canoas de construcción tradicional en base a tablones de ciprés. Este modelo, a diferencia del hispano, se conforma en torno a una gradiente de distancia o acceso a los tramos de playa de este borde costero; el resultado es una serie de pueblos lineares, en los que se resguarda el borde como un recurso común, y la principal vialidad es perpendicular a ese borde, conformada, habitualmente, por vías estrechas de trazado irregular. El asentamiento hispano se ubica siempre por sobre estas primeras hileras del asentamiento original y su formato es el ya conocido de una iglesia y su plaza que actúa como atrio y, en general, lugar de encuentro cívico. Más y mejor referencia sobre este tema es el trabajo dedicado y potente de un grande la arquitectura: Edward Rojas, Premio Nacional de Arquitectura 2016.
Hubo dos desafíos para los cuales este estudio avanzó en soluciones, pero también dejó en evidencia las limitaciones intrínsecas de estos estudios de gestión de tránsito. Uno fue el ancho de faja vial o pública de las principales avenidas de la localidad. Los caminos interiores de Chiloé son secundarios y recientes en el proceso de ocupación del territorio, su verdadera consolidación no tuvo lugar antes de mediados del siglo pasado y sólo en las islas que, por su envergadura, así lo justificaran, pues, aún hoy, las islas más pequeñas y remotas carecen de una vialidad vehicular en forma. Las avenidas Mocopulli y Ramón Freire son parte de este sistema interurbano que el crecimiento reciente de Dalcahue integró al tejido urbano. ¿El problema? Ancho de faja resulta insuficiente en gran parte de su trazado, limitando el mejoramiento posible del estándar de las actuales aceras -sea para incluir arborización o mobiliario en el tramo central o, más grave, veredas que permitieran una ruta accesible fuera del centro de la localidad. El segundo desafío fue intervenir Avenida Pedro Montt, vía que conserva esa ambigüedad de vía de desplazamiento y servicio para el comercio y la industria locales, pero también de encuentro cívico en torno al borde costero, situación que se hace particularmente crítica en la temporada estival. En cierta forma el desarrollo reciente de Dalcahue ya había dado por superado esta imagen tradicional del borde costero de usufructo colectivo como embarcadero y lugar de trabajo para los carpinteros de ribera. Las cocinerías, el mercado y, más recientemente, el Parque Costanera, han transformado este borde costero en un destino de comercio y turismo, por lo que la propuesta apostó a generar las mínimas intervenciones en veredas y pavimento de calzada, con el fin de generar una lectura unitaria de la avenida misma, que hiciera sentido con el proyecto de recuperación del entorno de la Plaza de Armas que lideró SERVIU, y que, en adición, permitiese su eventual peatonalización durante los fines de semana de la temporada turística.



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